CIUDADANÍA INTERCULTURAL Y
REFUNDACIÓN DEL ESTADO
EN AMÉRICA LATINA:
La propuesta central de La Refundación del
Estado en América Latina es invitarnos a pensar un tema de fundamental
importancia en nuestros días desde una epistemología del sur. La reflexión de
Boa ventura de Sousa Santos parte de esta inquietante mirada sobre los procesos
políticos y sociales que el autor entrama con un brillante análisis de las nuevas
constituciones de Bolivia y Ecuador basado en su sólido conocimiento de la
Sociología Jurídica. El libro apuesta a la posibilidad de lograr una
significativa transformación del Estado a partir de experiencias tan ricas y
complejas como las vividas en los últimos años por los dos países andinos; en
ese marco de significación otorga un denso y rico análisis de las
constituciones resultantes en ambos países. En definitiva, estamos frente a un
nuevo libro de un autor que nos tiene acostumbrados a los debates
significativos de nuestro tiempo: a los encuentros con las ideas y con los
pensamientos activos que circulan por estos territorios materiales y simbólicos
que constituyen hoy Nuestra América
CIUDADANÍA E INTERCULTURALIDAD EN
LA EDUCACIÓN FORMAL Y NO
FORMAL TANTO EN
LAS AREAS RURALES
COMO LAS URBA NAS
Laeducaciónformal:
La educación no formal es aquella que
tiene lugar en procedimientos que se apartan, con mayor o menor medida, de las
formas canónicas o convencionales de la escuela. También la denominan como
“enseñanza no convencional” o “educación abierta”. Este tipo deeducaciónestá inserto en la
tripartición del universo educativo dividido en educación formal, informal y no
formal.
Algunas de las características de ésta
es que suele ser más flexible y dinámica, no está restringida a un espacio o
tiempo específicos por lo que permite la educación a distancia, la inclusión de
personas a la formación educativa
Educación no formal:
Es la acción que no se
encuentra totalmente institucionalizada pero sí organizada de alguna manera.
Representa actividades educativas de carácter opcional, complementario,
flexible y variado, su carácter extrañamente es de índole obligatorio. Son
organizadas por el centro educativo o por alguna organización informal.
Comprende algún proceso enfocado a la adquisición de algún nivel de
aprendizaje, aunque no implique la obtención de un certificado o título
académico.
PROPÓSITOS
DE LA EDUCACIÓN CIUDADANA DEMOCRÁTICA
INTERCULTURAL.
ESPACIOS Y ACTORES DE
UNA EDUCACIÓN CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA
E CULTURALMENTE
Aprendizajes
transversales que nutren a la ciudadanía:
Nos referimos a una serie de aprendizajes básicos que no
son propios —ni exclusivos— de la educación ciudadana, pero sin los cuales
es muy difícil consolidar los aprendizajes propios del ejercicio de una
ciudadanía democrática eintercultural.
APRENDIZAJES DE
UNA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA E
INTERCULTURAL
Educar para laciudadanía supone apostar por un modelo pedagógico no solamente escolar , enelcual seprocura quelapersonaconstruyasumodelopedagógicodevidafelizy al mismotiempoconstruya,contribuya alaconstruccióndeunmodo devidaencomunidadjusto y democrático. Que implica la
educación para la ciudadanía
lunes, 1 de diciembre de 2014
viernes, 28 de noviembre de 2014
Espacios y actores de una educación ciudadana democrática e intercultural
La institución escolar ***en El ambiente físico y los recursos
Todos reconocemos que el ambiente físico que se otorga a los niños, niñas y adolescentes
es fundamental para iniciarse en la vida en comunidad. Se afirma que el primer encuentro
de las niñas y los niños con la sociedad —con “lo público”— sucede cuando entran en la
escuela. Allí se inicia la comprensión y el uso de los bienes públicos (son de todos, pero de
nadie en particular); allí los niños y las niñas comienzan a utilizar el lenguaje de manera
colectiva —“nuestros”— (Toro s/f). Por otra parte, allí recibirán el primer mensaje que la
sociedad peruana les brinda: debemos transmitirles que son valiosos, y que lo son tanto
que desde el primer día de clases les proporcionamos un ambiente amable, limpio, con
agua, con buenas carpetas, con libros adecuados, con espacios para jugar, encontrarse,
dialogar, deliberar. *** La gestión
Si concordamos en que la ciudadanía se aprende vivencialmente, la gestión de la escuela
se convierte en una oportunidad. La institución, entonces, debe mostrar modelos de
autoridad legítima y de liderazgo reconocido en torno a la búsqueda de un proyecto común.
Directivos, docentes, administrativos, trabajadores de diversa índole, padres de familia y
estudiantes de la institución deben mostrar su respeto hacia los otros y reconocer el valor
de cada una de las personas que están vinculadas a la institución. A. Por
ello es totalmente pertinente la siguiente competencia propuesta por Zavala, Cuenca y
Córdova (2005: 30). “La persona intercultural es consciente y sensible frente a la existencia
de diferentes formas de establecer relaciones comunicativas, reconoce la validez de estas
diferencias y procura utilizarlas cuando el contexto lo requiere”. Una gestión intercultural
asume la diversidad como una oportunidad para formar democráticamente. ***El clima de la escuela
El ambiente físico debe ir acompañado de un clima de amable convivencia, en el que la
confianza, el respeto mutuo y la equidad —en general, el buen trato— sean la base de
las interacciones que se dan dentro de la escuela, ya sea en las aulas o fuera de ellas. La
ciudadanía democrática e intercultural se ejerce si se garantiza un ambiente escolar respetuoso
de la dignidad y las necesidades Asimismo, es fundamental que todos aprendamos
a distinguir lo privado de lo público. Nos preguntamos, por ejemplo, cuántas veces hemos
logrado como docentes conversar constructivamente con un compañero o compañera para
comentarle que el trato que tuvo con algún estudiante no fue el adecuado.
El Perú, país plurilingüe y multicultural, . Los docentes debemos conocer e identificar la presencia de estudiantes con una lengua materna diferente al castellano y una cultura propia, o con una
pertenencia a algún grupo étnico, para garantizar que estos estudiantes sean respetados y
valorados.
***En La organización y rutinas de la escuela
En ese sentido, apostamos por una escuela que se
convierta en un espacio de deliberación de los asuntos públicos que afectan a la comunidad
educativa, local y nacional. Para ello requerimos inversión de tiempo en asambleas de aula,
por ejemplo (¿podremos invertir en ellas una hora de la libre disponibilidad?), en las que
los y las estudiantes participen en todos los aspectos que les competan y tengan espacios
públicos para deliberar. Esto requiere de dos convicciones: la primera, que la participación es
un aprendizaje fundamental y que, por lo tanto, no será “pérdida de tiempo”, sino inversión
en un aprendizaje con el cual todos estamos de acuerdo. La segunda, que veamos a los y las
estudiantes de manera diferente a como los y las vemos hasta ahora. Debemos verlos con la
capacidad de contribuir al bienestar de su comunidad.
.
***Desde nuestras aulas: todas las áreas
Desde las aulas, requerimos que todos los docentes sean respetuosos de la diversidad
y de la capacidad de autonomía de nuestros estudiantes. Así, en la actualidad resulta que nuestros estudiantes tienen distintos ritmos y estilos de aprendizaje, distintos
tipos de inteligencia, distintos intereses, distinta manera de ver el mundo. Más aún: en
el Perú esta diversidad tiene características particulares, por la presencia de diversas
culturas, locales o de otros continentes.
Por otro lado, en todas las áreas podemos desarrollar capacidades diversas que permitan
deliberar sobre asuntos públicos. Por una parte, nos referimos a capacidades de comunicación
o a las habilidades matemáticas; por ejemplo: el estudio de la estadística o la cuantificación
de indicadores sociales son datos matemáticos de gran valor ciudadano. ***TODOS PODEMOS APRENDER, NADIE SE QUEDA ATRÁS
favorecer el desarrollo del pensamiento crítico y las discusiones éticas en torno a temas de
ciencia y tecnología, de medio ambiente, de sostenibilidad, de proyectos empresariales, o al
desarrollo de la creatividad a partir del arte. Desde esta perspectiva, el rol de un directivo se
centra en garantizar que los procesos de enseñanza y aprendizaje permitan reales espacios
para el diálogo informado y la administración de los consensos y disensos.
jueves, 27 de noviembre de 2014
Propósitos de la
Educación ciudadana democrática intercultural
*****Crear una cultura democrática en la que se
reconozca, valore y potencie la diversidad personal y social:
Y se enfrente toda
forma de discriminación; en la que se aliente el pluralismo y el pensamiento,
se promuevan relaciones de respeto y se auspicie la autonomía y la crítica. Una
cultura que fomente la vivencia de los valores de justicia, libertad, igualdad,
equidad y solidaridad, en la que se practique la resolución dialogada de los
conflictos.
****Aportar a la transformación democrática de la escuela
en una comunidad de agentes dinámicos que construyan un espacio de acción y
deliberación
Colectiva para
desarrollarlos proyectos que contribuyan a su desarrollo y a la satisfacción de
sus necesidades; una escuela que genere una institucionalidad que promueva y
garantice las libertades y derechos de sus integrantes y que desarrolle un
estilo y una organización de la vida en comunidad a partir del sentido de
pertenencia— basada en la confianza, en la participación y en procesos
pedagógicos que motiven un aprendizaje autónomo. Y una escuela consciente de la
relación inherente y potente entre ella, su entorno y los asuntos públicos de
la realidad.
**** Fortalecer las competencias de las y los estudiantes:
Para participar en lo
público con autonomía, y para establecer vínculos sobre la base del
reconocimiento respetuoso del otro y de la diversidad; todo ello basado en la
construcción de conocimientos sustentados en la creatividad y la innovación.
Debemos lograr que las y los estudiantes asuman y ejerzan su condición de
ciudadanas y ciudadanos democráticos, solidarios responsables desde un
conocimiento crítico de la realidad y un sentido de compromiso con su entorno
social y natural.
Aspectos a fomentar a partir de la educación ciudadana democrática e intercultural
La convivencia, que implica la construcción de una comunidad política. Supone estar atentos a la forma en que se producen y reproducen las distintas maneras de relacionarnos y reconocernos y, a la vez, a las experiencias de tolerancia, colaboración y manejo de las diferencias, de la diversidad y de los conflictos, consustanciales a cualquier convivencia humana. Esta convivencia debe, además, generar oportunidades para un crecimiento personal que afirme y potencie la individualidad del sujeto (León 2001a), individualidad desde la cual nos podremos proyectar a participar.
La participación, que supone el reconocimiento de la escuela como espacio público. El acto de participación nos permite apropiarnos del espacio y de los asuntos públicos y enfilar, desde una perspectiva ciudadana, hacia el fortalecimiento y ensanchamiento de la democracia (Toranzo 1999), pues es allí donde se produce la deliberación sobre aquellos asuntos.
El conocimiento, que debe convertirse en un estímulo al pensamiento crítico y divergente, una construcción social y personal que permita a estudiantes, docentes y directores relacionarse más significativamente con su entorno, aprendiendo a establecer múltiples relaciones entre diferentes aspectos de la realidad (León 2001c). La calidad de los conocimientos y la manera de apropiarnos de ellos fortalecen nuestro ejercicio ciudadano en la escuela