PROYECTO DE PAÍS:
NUEVO PACTO POLÍTICO Y SOCIAL
Lo sensato e inteligente es realizar
conjuntamente esfuerzos necesarios a favor de la integración de la Fuerza
Popular y asumir Iniciativas Populares, con Objetivos
superiores y comunes a todos. Objetivos del País y Objetivos inherentes a
las comunidades regionales/locales y de los ciudadanos, todos posibles de
lograrlos, si dialogamos, debatimos y acordamos, entre todos, la formulación de
un Proyecto de País y la forma en que el mismo pueda ser
ejecutado en libertad, democracia y paz.
NUEVO PACTO
POLÍTICO:
El proyecto de País y Pacto Político para re-construir la República, en
consenso. Ambos instrumentos de arte y ciencia política, de teoría y praxis,
son para la reconciliación e integración, recurriendo a la conciencia
y responsansabilidad de los ciudadanos, utilizando los recursos
que dispone la sociedad, principalmente: Fuerza Popular con
Iniciativa, capital humano competente y el clamor por
el cambio del régimen. Además, existen experiencias
nacional e internacional de pactos políticos para el restablecimiento de
sistemas democráticos: Chile, España, Colombia y el Pacto de Punto de Fijo,
acordado en 1957 y exitoso para la República y la democracia
nacional.
El pacto debe definir el que hacer, después de las
elecciones parlamentarias, analizando desde ya los
diferentes escenarios posibles.
Nuevo pacto social
Es comprensible que los ciudadanos vean con cierto escepticismo la
creación de un nuevo pacto social y una nueva Constitución que lo realice.
Nuestra historia registra cambios constitucionales que no reflejaban genuinos
pactos sociales, sino volubles proyectos políticos. Hemos aprendido que una
carta constitucional no inyecta en la sociedad los valores que proclama.
Algunos sostendrán que ya no se necesitan más textos de poesía constitucional derogada.
Por si fuera poco, la proliferación de cambios constitucionales no permite la
consolidación de las virtudes que le brindan estabilidad a un orden social.
Vivimos una crisis civilizaciones: enfrentar los desafíos globales y
locales del capitalismo desbocado requiere de nuevos sentidos sociales y
constitucionales, implementados desde diferentes regiones, con una diversidad
capaz de promover una respuesta global a crisis que trascienden las fronteras.
El nuevo pacto constitucional debe articularse alrededor de principios y
valores que recuperen la idea del bien común en el contexto de una relación
respetuosa con la naturaleza.
Este esfuerzo político debe expresar las demandas de los movimientos
sociales que nos alertan de la creciente precariedad inducida por la
desigualdad en aumento. Así, la profundidad del nuevo pacto social supone
alternativas civilización , afincadas en nuestros
sentires profundos.
En conclusión, es ineludible plantear la necesidad de un nuevo pacto
social y constitucional si queremos anticiparnos, con un adecuado margen de
maniobra, a los fenómenos que demandarán cambios profundos en el mediano plazo.
De no hacerlo, es dable pensar que problemas graves se gestionarán con las
involuciones democráticas que suelen permitirse los gobiernos autoritarios
frente a situaciones de crisis. Y es que ante la gravedad de los escenarios
futuros, la tensión entre la sociedad y el Estado puede llevar a conflictos
inimaginables.