territorio sociedad y cultura

viernes, 28 de noviembre de 2014

 Espacios y actores de una educación ciudadana democrática e
intercultural


                    La institución escolar

***en El ambiente físico y los recursos
Todos reconocemos que el ambiente físico que se otorga a los niños, niñas y adolescentes
es fundamental para iniciarse en la vida en comunidad. Se afirma que el primer encuentro
de las niñas y los niños con la sociedad —con “lo público”— sucede cuando entran en la
escuela. Allí se inicia la comprensión y el uso de los bienes públicos (son de todos, pero de
nadie en particular); allí los niños y las niñas comienzan a utilizar el lenguaje de manera
colectiva —“nuestros”— (Toro s/f). Por otra parte, allí recibirán el primer mensaje que la
sociedad peruana les brinda: debemos transmitirles que son valiosos, y que lo son tanto
que desde el primer día de clases les proporcionamos un ambiente amable, limpio, con
agua, con buenas carpetas, con libros adecuados, con espacios para jugar, encontrarse,
dialogar, deliberar.

*** La gestión
Si concordamos en que la ciudadanía se aprende vivencialmente, la gestión de la escuela
se convierte en una oportunidad. La institución, entonces, debe mostrar modelos de
autoridad legítima y de liderazgo reconocido en torno a la búsqueda de un proyecto común.
Directivos, docentes, administrativos, trabajadores de diversa índole, padres de familia y
estudiantes de la institución deben mostrar su respeto hacia los otros y reconocer el valor
de cada una de las personas que están vinculadas a la institución. A. Por
ello es totalmente pertinente la siguiente competencia propuesta por Zavala, Cuenca y
Córdova (2005: 30). “La persona intercultural es consciente y sensible frente a la existencia
de diferentes formas de establecer relaciones comunicativas, reconoce la validez de estas
diferencias y procura utilizarlas cuando el contexto lo requiere”. Una gestión intercultural
asume la diversidad como una oportunidad para formar democráticamente.
 ***El clima de la escuela
El ambiente físico debe ir acompañado de un clima de amable convivencia, en el que la
confianza, el respeto mutuo y la equidad —en general, el buen trato— sean la base de
las interacciones que se dan dentro de la escuela, ya sea en las aulas o fuera de ellas. La
ciudadanía democrática e intercultural se ejerce si se garantiza un ambiente escolar respetuoso
de la dignidad y las necesidades   Asimismo, es fundamental que todos aprendamos
a distinguir lo privado de lo público. Nos preguntamos, por ejemplo, cuántas veces hemos
logrado como docentes conversar constructivamente con un compañero o compañera para
comentarle que el trato que tuvo con algún estudiante no fue el adecuado.
El Perú, país plurilingüe y multicultural, . Los docentes debemos conocer e identificar la presencia de estudiantes con una lengua materna diferente al castellano y una cultura propia, o con una
pertenencia a algún grupo étnico, para garantizar que estos estudiantes sean respetados y
valorados.

***En La organización y rutinas de la escuela
 En ese sentido, apostamos por una escuela que se
convierta en un espacio de deliberación de los asuntos públicos que afectan a la comunidad
educativa, local y nacional. Para ello requerimos inversión de tiempo en asambleas de aula,
por ejemplo (¿podremos invertir en ellas una hora de la libre disponibilidad?), en las que
los y las estudiantes participen en todos los aspectos que les competan y tengan espacios
públicos para deliberar. Esto requiere de dos convicciones: la primera, que la participación es
un aprendizaje fundamental y que, por lo tanto, no será “pérdida de tiempo”, sino inversión
en un aprendizaje con el cual todos estamos de acuerdo. La segunda, que veamos a los y las
estudiantes de manera diferente a como los y las vemos hasta ahora. Debemos verlos con la
capacidad de contribuir al bienestar de su comunidad.
.

 ***Desde nuestras aulas: todas las áreas
Desde las aulas, requerimos que todos los docentes sean respetuosos de la diversidad
y de la capacidad de autonomía de nuestros estudiantes.  Así, en la actualidad resulta  que nuestros estudiantes tienen distintos ritmos y estilos de aprendizaje, distintos
tipos de inteligencia, distintos intereses, distinta manera de ver el mundo. Más aún: en
el Perú esta diversidad tiene características particulares, por la presencia de diversas
culturas, locales o de otros continentes.
Por otro lado, en todas las áreas podemos desarrollar capacidades diversas que permitan
deliberar sobre asuntos públicos. Por una parte, nos referimos a capacidades de comunicación
o a las habilidades matemáticas; por ejemplo: el estudio de la estadística o la cuantificación
de indicadores sociales son datos matemáticos de gran valor ciudadano.
***TODOS PODEMOS APRENDER, NADIE SE QUEDA ATRÁS
favorecer el desarrollo del pensamiento crítico y las discusiones éticas en torno a temas de
ciencia y tecnología, de medio ambiente, de sostenibilidad, de proyectos empresariales, o al
desarrollo de la creatividad a partir del arte. Desde esta perspectiva, el rol de un directivo se
centra en garantizar que los procesos de enseñanza y aprendizaje permitan reales espacios
para el diálogo informado y la administración de los consensos y disensos.

jueves, 27 de noviembre de 2014



Propósitos de la Educación ciudadana democrática intercultural

*****Crear una cultura democrática en la que se reconozca, valore y potencie la diversidad personal y social:
 Y se enfrente toda forma de discriminación; en la que se aliente el pluralismo y el pensamiento, se promuevan relaciones de respeto y se auspicie la autonomía y la crítica. Una cultura que fomente la vivencia de los valores de justicia, libertad, igualdad, equidad y solidaridad, en la que se practique la resolución dialogada de los conflictos.

****Aportar a la transformación democrática de la escuela en una comunidad de agentes dinámicos que construyan un espacio de acción y deliberación
 Colectiva para desarrollarlos proyectos que contribuyan a su desarrollo y a la satisfacción de sus necesidades; una escuela que genere una institucionalidad que promueva y garantice las libertades y derechos de sus integrantes y que desarrolle un estilo y una organización de la vida en comunidad a partir del sentido de pertenencia— basada en la confianza, en la participación y en procesos pedagógicos que motiven un aprendizaje autónomo. Y una escuela consciente de la relación inherente y potente entre ella, su entorno y los asuntos públicos de la realidad.
**** Fortalecer las competencias de las y los estudiantes:


 Para participar en lo público con autonomía, y para establecer vínculos sobre la base del reconocimiento respetuoso del otro y de la diversidad; todo ello basado en la construcción de conocimientos sustentados en la creatividad y la innovación. Debemos lograr que las y los estudiantes asuman y ejerzan su condición de ciudadanas y ciudadanos democráticos, solidarios responsables desde un conocimiento crítico de la realidad y un sentido de compromiso con su entorno social y natural.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Aspectos a fomentar a partir de la educación ciudadana democrática e intercultural
  • La convivencia, que implica la construcción de una comunidad política. Supone estar atentos a la forma en que se producen y reproducen las distintas maneras de relacionarnos y reconocernos y, a la vez, a las experiencias de tolerancia, colaboración y manejo de las diferencias, de la diversidad y de los conflictos, consustanciales a cualquier convivencia humana. Esta convivencia debe, además, generar oportunidades para un crecimiento personal que afirme y potencie la individualidad del sujeto (León 2001a), individualidad desde la cual nos podremos proyectar a participar.
  • La participación, que supone el reconocimiento de la escuela como espacio público. El acto de participación nos permite apropiarnos del espacio y de los asuntos públicos y enfilar, desde una perspectiva ciudadana, hacia el fortalecimiento y ensanchamiento de la democracia (Toranzo 1999), pues es allí donde se produce la deliberación sobre aquellos asuntos.

  • El conocimiento, que debe convertirse en un estímulo al pensamiento crítico y divergente, una construcción social y personal que permita a estudiantes, docentes y directores relacionarse más significativamente con su entorno, aprendiendo a establecer múltiples relaciones entre diferentes aspectos de la realidad (León 2001c). La calidad de los conocimientos y la manera de apropiarnos de ellos fortalecen nuestro ejercicio ciudadano en la escuela